quinta-feira, 3 de agosto de 2017

Mais um caso de vírgulas...






Neste ano em que, em Outubro, se assinala o 50º aniversário do assassinato de Che Guevara, o  meu grande amigo António Duarte Silva (obrigado, DS!) chamou-me a atenção para um texto saído aqui, em que se demonstra – ou, melhor dizendo, se afirma, de forma muito fundamentada – que, durante anos, Fidel Castro deturpou e manteve um equívoco sobre a mais famosa das proclamações de Guevara.
Na carta de despedida de Guevara, lida por Fidel em Havana, em 1965, o célebre dito hasta la victoria sempre. Ora, como se detecta facilmente no livro Evocación, escrito por Aleida March, companheira de Guevara, o que este terá pretendido dizer foi hasta la victoria, siempre ¡Patria o Muerte!
 
Conversamos sobre muchos temas, me acuerdo de sus reflexiones sobre el contenido de su carta de despedida leída por Fidel y de que insistía mucho en  la importancia que tenía para él. Nunca olvidaré lo diáfano que fue cuando me expresó su convicción de que donde quiera que fuera a luchar después del Congo, incluso allí, su grito de guerra sería siempre el de su Revolución, la Revolución cubana: Hasta la victoria, siempre Patria o Muerte. No debe extrañarse el lector ante la presencia de una coma fuera de lugar o que se interprete como un error de mi parte, tampoco pretendo que se cambie el sentido de una frase que ha devenido en grito de rebeldía y esperanza para lo más noble de nuestros pueblos. Decidida a compartir algunos detalles que han dejado honda huella en mí, no puedo dejar de detenerme en este y transmitirles la fuerza con la que expresó lo que en realidad quiso decir  y cuánto lamentó su error al poner la coma donde no debía; lo que quería dar a entender era que cualquiera que fuesen las circunstancias donde se encontrara siempre actuaría al llamado de ¡Patria o Muerte!
Ainda assim, no fac-símile da carta manuscrita, disponível aqui, a versão é a que Fidel consagrou. Ou seja, houve uma vírgula mal colocada por parte de Guevara.




Será assim ou não? Enfim, uma pequena-grande questão sobre uma das frases mais célebres do século XX.
 
António Araújo


 
 



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